El miércoles, Nicolas Sarkozy, en una comida con diputados de su partido, avisó: «Hay comportamientos de los ministros que no me gustan». No dio nombres, pero aportó ciertos detalles -algunos de ellos evidentes- y anunció que en otoño habrá un cambio de Gobierno. No ha hecho falta esperar tanto. Ayer, dos secretarios de Estado del Gobierno francés, con rango de ministros, anunciaron su dimisión.