Vivimos en un mundo de derechos. El problema es que quién reclama sus derechos debe pensar que su libertad termina dónde empieza la del otro, y si ha pasado por encima de la libertad de otros entonces sus derechos se verán menguados. Esto es pura racionalidad. Pero en la práctica parece que un terrorista tiene más derechos que cualquier ciudadano «de bien».
La última de uno de los miembros de la banda, Txomin, ha sido pedir el traslado de prisión para poder tener descendencia con la también encarcelada terrorista de la banda Nerea Bengoa. Este señor, llamado Fernando García Jodrá, más conocido por el alias Txomin ha sido el autor de entre otros crímenes del asesinato del ex ministro socialista Ernest Lluch
En ningún momento Txomin se preguntó si Lluch quería cuidar de sus hijos o estar más cerca de su familia. Txomin se dedicó a liquidarlo por pensar diferente. Y ahora reclama derechos para tener descendencia. Si alguien pasa por encima de la ley pisoteando a cada paso la libertad de los demás, no puede pretender que la ley le reconozca los mismos derechos que a uno que la cumple. Por tanto señor Txomin le digo desde aquí, que sus derechos se han visto mermados por sus acciones y que no está en situación de exigir nada, sino haberlo pensado antes.
También le digo al gobierno que se deje de ser tan blando, y piense en los derechos de los ciudadanos que sí cumplen la ley. Y a ver si vamos dejándonos de tanta reagrupación de presos etarras, porque ellos no se preocuparon ni en un sólo momento de las personas que asesinaron a sangre fría. Así que derechos sí, todos los posibles, pero para aquellos que cumplen con la ley.