Tu curriculum es demasiado bueno

Un buen curriculum no siempre ayuda a encontrar  trabajo

Por una vez, España lidera algo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Lástima que sea algo negativo y de lo que no debemos precisamente sentirnos orgullosos. Una vez más, el sistema educativo de nuestro país ha quedado en entredicho. España tiene un 25% de trabajadores sobreeducados. ¿Y eso qué es? Empleados con estudios universitarios que en la actualidad están desempeñando un trabajo inferior a su nivel de estudios.

¿Esto es bueno o es malo? Pues, por lo que parece, es malo, muy malo. Porque tener unos estudios superiores no implica precisamente un mayor nivel de productividad en el trabajo. Vamos, que nos estamos gastando un dineral en educación para que luego no obtengamos ningún resultado en el mundo laboral. Al menos ningún resultado positivo, porque negativo parece que sí.

Y ahora viene la pregunta del millón. ¿Quién tiene la culpa de todo esto? ¿Los propios trabajadores, las universidades, el mercado laboral? ¿Todos tal vez? Según el estudio realizado por la Fundación de las Cajas de Ahorro que ha puesto de manifiesto estos preocupantes datos, la principal causa de este exceso de trabajadores sobreeducados se encuentra en la formación que los jóvenes reciben en las universidades españolas, donde predomina la teoría por encima de la práctica.

No me extraña que, con este panorama tan negro y tan desalentador, los jóvenes que están estudiando en Secundaria no se preocupen por sus estudios y en las aulas predominen los suspensos, el absentismo escolar o la falta de atención. No me extraña que piensen que para qué van a estudiar, si luego no consiguen nada más que empleos mal pagados, contratos basura, no tener derecho a fines de semana, vacaciones, no cobrar las horas extra y un suma y sigue que nunca se acaba.

Desde luego, cambiar esta tendencia es una obligación de todos si queremos evitar que esos jóvenes que ahora están en el instituto y en la universidad sean el día de mañana trabajadores sobreeducados desencantados con su situación laboral que prefieren recurrir al absentismo, a las bajas por depresión o a la baja productividad con tal de olvidar lo mucho que estudiaron y lo poco que les ha servido.

Fuente | El País