China considera que el Nobel de la Paz concedido a su disidente pacífico Liu Xiaobo, es todo una provocación para ellos. De hecho, bajo su punto de vista, es un ataque al país.
Un país, cuyo gobierno se ha encargado en varias ocasiones de recordar los grandes logros que han logrado en economía, como miles de chinos han salido de la pobreza en los últimos años… Sin embargo, al gobierno se le olvida que no cumple con los derechos internacionales, que no le da a sus ciudadanos derechos de libertad de expresión, que les obliga a pensar en un modo unidireccional….
Las últimas declaraciones desde el gobierno chino califican «es un error tratar con el Nobel de cambiar el sistema político chino para frenar el avance del pueblo». ¿Frenar el avance del pueblo? ¿Qué avance? ¿Un avance que lleva a China a convertirse en una superpotencia con las cadenas colocadas en cada una de las manos de sus ciudadanos? ¿Un avance en una dictadura comunista? ¿Un avance que no permite ver que sucede fuera de sus fronteras?
Creo que estamos confundiendo términos, porque todo esto, no es avance. Pero, al fin y al cabo, parece que tampoco importa mucho, mientras los chinos sigan fabricando a bajo coste ¿a quién le importa como viven? Pues parece, que a algunos, aunque sean pocos si les importa. Y por eso me alegro de que se haya concedido este galardón. Porque indica el principio de la concienciación de la situación en el país asiático.
