La cosa vuelve a ir de machismo. La compañía aérea española Air Nostrum, que cuenta con 326 azafatas o auxiliares de vuelo, contrata únicamente a mujeres, entre sus auxiliares de vuelo no hay ni un solo hombre. Al margen de esta desigualdad, porque la igualdad tiene que ser en todo, para todo y para todos, hay desigualdad contra las mujeres pero, también como en este caso, contra los hombres, las azafatas de esta compañía se han quejado de que la empresa les obliga a llevar falda y les prohíbe utilizar pantalones.
Además, esta compañía ha sido en los últimos días foco de otra polémica, ya que diversos medios de comunicación se han hecho eco de las protestas de las azafatas por el recorte de la largura de la falda en cinco centímetros. Sin embargo, la empresa lo ha negado y ha asegurado que el único cambio en los uniformes de las azafatas tuvo lugar hace tres años, en 2008, cuando la largura se alargó en siete centímetros, hasta situarla por debajo de las rodillas.
No sabemos cuál es la versión real, si la del recorte de cinco centímetros o la del alargamiento de siete centímetros, pero al margen de esta polémica personalmente creo que la empresa debería ofrecer a sus trabajadoras la oportunidad y la libertad de poder elegir si desean llevar falda o pantalón, como ya hacen otras muchas compañías aéreas, y no imponerles la falda porque sí.
Además, también creo que deberían contratar hombres para trabajar como azafatos o auxiliares de vuelo. Si, como parece, la máxima preocupación de esta empresa es alegrarles la vista a sus clientes, que las azafatas ofrezcan una buena imagen a los viajeros, creo que ese derecho les corresponde no sólo a los hombres, sino también a las mujeres que viajen con esta compañía aérea, digo yo que también tienen derecho a alegrarse la vista en el avión.
Fuente | El Periódico de Catalunya