ANÁLISIS-El Gobierno pagará caro los apoyos a los presupuestos

MADRID (Reuters) – En medio de los humeantes rescoldos de la recesión, el gobierno español sacará adelante las grandes cuentas del Estado de 2011 con el respaldo de los partidos nacionalistas a cambio de exigencias que podrían complicar sobremanera el proceso negociador, dijeron analistas.

«Yo creo que es más probable que el gobierno consiga apoyo para los presupuestos a que no lo consiga «, dijo Emiliano Carluccio, coordinador de Coyuntura Económica del Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III.

El Ejecutivo socialista, que en septiembre debe presentar en el Congreso de los Diputados los terceros Presupuestos Generales del Estado (PGE) de esta legislatura, está habituado a alumbrar in extremis sus más importantes iniciativas parlamentarias al no poseer mayoría absoluta en las cámaras.

Según Carluccio, los nacionalistas vascos y catalanes – los que a priori tienen más papeletas para respaldar los PGE – a cambio de prestar su apoyo a las cuentas podrán dar un paso más en favor de las grandes reformas económicas que necesita el país en lugar de ceñirse a exigencias puntuales y localistas.

«Los nacionalistas tienen la gran oportunidad de exigir al gobierno algo sustantivo para la economía española a cambio de respaldar los PGE,», indicó Carluccio.

Pese a que CiU ya ha dicho que no apoyará los PGE, algunos observadores opinan que en política nada es definitivo.

Por su parte, el PNV asegura que después de prestar durante años su respaldo a los PGE a cambio de concesiones de menor interés, esta vez será muy distinto.

«Nosotros no vamos a negociar calderilla, queremos negociar cosas importantes (…) Si Zapatero quiere nuestro respaldo en una situación económica tan delicada, tenemos que vender a la opinión pública que el acuerdo con Zapatero es bueno», dijo Iñaki Anasagasti en una conversación telefónica con Reuters.

«Si usted (Zapatero) quiere nuestro apoyo; entonces hablemos del Estatuto, hablemos de una reducción de los ministerios y hablemos de reformas estructurales», añadió Anasagasti.

En caso de no lograr apoyo parlamentario, el Ejecutivo podría prolongar a 2011 los PGE de 2010. Esta hipótesis no es contemplada por analistas dado el complejo escenario económico de España para los próximos años, en los que el gobierno ha comprometido los objetivos fiscales con la Comisión Europea.

«No vemos la posibilidad de prorrogar los PGE», dijo Fran González, economista del servicio de estudios de Caixa de Catalunya, Tarragona y Manresa.

Otra opción del Gobierno, de no conseguir respaldo para sus cuentas, sería plantear ante el parlamento una cuestión de confianza que, de perder, llevaría a elecciones anticipadas.

Tampoco esto es considerado por observadores aduciendo que ningún grupo nacionalista asumiría la responsabilidad de adelantar los comicios ante un difícil panorama económico y un incierto resultado electoral.

«Yo creo que los nacionalistas tendrían un escenario político bastante nebuloso en caso de convocarse elecciones anticipadas», agregó Carluccio.

IMPUESTOS, SUBIDA O NO SUBIDA

Los prolegómenos de los PGE nunca antes han estado tan salpicados de declaraciones, no exentas de contradicción, que la cúpula del gobierno ha esparcido entre la opinión pública.

En un escenario de austeridad, en que el gobierno pretende ahorrar 50.000 millones de euros entre 2010 y 2013, los PGE han rebajado el límite del gasto un 7,7 por ciento frente a 2010.

Pero el ejecutivo quiere contentar al castigado sector de la construcción, el más expuesto al plan de ajuste gubernamental, edulcorando con unos 500 millones de euros el recorte original de la inversión pública en infraestructuras de 6.400 millones de euros.

No obstante, para dejar claro que este gesto no rompe con los ambiciosos objetivos fiscales del gobierno, la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha reiterado que el gobierno cumplirá con una rebaja del déficit hasta el 6 por ciento del PIB en 2011 y del 3 por ciento en 2013 desde el 11,3 por ciento de 2009, mirando de reojo la estabilidad de los mercados.

Según Salgado, retomar una parte de la inversión en obras aparcadas es posible gracias a un cierto respiro dado por el coste de financiación desde la difusión de los estrés test.

Pero algunos analistas consideran inevitable una subida de impuestos si el ejecutivo pretende retomar algunas inversiones.

«El gobierno podría estar pensando en subir el IRPF y los impuestos especiales, cuya disponibilidad es inmediata, para financiar obras de infraestructuras además de estimular el consumo en los últimos meses de este año para evitar una eventual recesión o algún trimestre de contracción», dijo una alta fuente financiera.

Pero Salgado sostiene que la actual estructura fiscal de España es suficiente para cumplir con los objetivos de déficit, lo que sugiere descartar una subida impositiva.

«Sería un error subir los impuestos con una economía tan débil. El gobierno tendría que esperar hasta lograr un ritmo de expansión del entorno del 2 por ciento», dijo Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.

LÍNEAS MAESTRAS

Mientras se resuelven los flecos políticos y económicos de las grandes cuentas de 2011, Economía ya ha explicado el contenido de sus grandes líneas maestras.

Además del estricto cumplimiento de sus objetivos fiscales, el gobierno defiende una previsión de crecimiento del 1,3 por ciento y una reducción del límite de gasto del 7,7 por ciento, en un contexto de austeridad y a pesar de las dudas que estas cifras han generado entre economistas privados y organismos multilaterales.

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