Desde Europa press se informa de que el ministro de defensa israelí, Ehud Barak ha afirmado que se podría negociar la cesión de parte de Jerusalén a Palestina, dentro del marco del proceso de paz entre ambos territorios.
En resumen, Israel se quedará con los barrios judíos donde viven unas 200.000 personas y Palestina podría quedarse con la parte árabe habitada por 250.000 habitantes de esta religión.
Otra historia serán Ciudad Vieja, el Monte de los Olivos y la Ciudad de David, lugares dónde se encuentran los principales monumentos sagrados de ambas religiones. Esto exigirá un régimen conjunto de gobierno.
Hasta aquí todo parece de una transparencia increíble para tratarse de un conflicto que dura ya demasiado y que nadie es capaz de parar. Sin embargo, no podía ser así de fácil. Ni unos ni otros iban a permitir una tan rápida resolución del conflicto.
El problema aparece al hablar de Jerusalén Este,la zona oriental de la ciudad que Israel arrebató a Jordania en la guerra de 1967 y se apropió directamente de ella a pesar de que la comunidad internacional no la haya reconocido como parte de su territorio. Eso por un lado. Por otro, los palestinos esperan que Jerusalén Este sea la capital del Estado que pretenden construir junto con Cisjordania y la Franja de Gaza.
Así que, estamos apañados. Veremos como se le da el papel de intermediador a Barak Obama en las negociaciones que comenzarán en Washington.