¿Podemos ser como los alemanes?

En boca de todos están los «privilegios que tienen los alemanes». Sin embargo, detrás del éxito de Alemnia, no solo se encuentra una política que ha sabido hacer y sobre todo estar en las peores etapas históricas, si no que detrás de ese gran país, de esa potencia mundial, se encuentra una cultura. una cultura muy diferente a la del Mediterráneo. Muy distinta a la de todos aquellos países que a día de hoy seguimos sufriendo la crisis, una crisis que no parece sepamos todavía tomar con la mano dura. Y es que leyendo una artículo acerca de Grecia me he dado cuenta de todas las cosas que tenemos en común con los países del Mediterráneo. Y todas las que nos faltan para parecernos a Alemania.

Y claro, con todo ello, no podemos pretender que mientras nosotros nos dormimos en los laureles, nos perdemos en una burocracia interminable y pensamos más en quien hace más pausas de café o quien trabaja menos estando solo calentando la silla, que las cosas funcionen como en un país, donde el que trabaja gana, y el que no, debe seriamente cambiar de idea.

Pero es que todo es una cuestión cultural. Y como saben los sociólogos, la cultura es lo más difícil de cambiar en un Estado. Y claro, lo peor del todo es que el cambio debe venir de la base. El cambio lo debe buscar el ciudadano. Entonces, el punto, es que nosotros, los del Mediterráneo, podremos vivir y gozar de lo que tienen los alemanes solo cuando nos comportemos como como alemanes en la forma de ahorrar, en el número de horas que trabajan, en la longitud de las vacaciones, así como en la consistencia que tengan para pagar impuestos