La acusación proviene de una ex contable de Liliane Bettencourt, principal accionista del gigante de la cosmética L’Oreal, y rápidamente elevó la presión a Sarkozy para apurar un recambio de su Gobierno, afectado por sórdidas acusaciones.
La contable, identificada únicamente como Claire T., dijo al sitio de noticias Mediapart que estuvo involucrada en la retirada de 150.000 euros (200.000 dólares) en efectivo para entregarle a Woerth en sobres sin marcar, como donación a la campaña electoral de Sarkozy en el 2007.
El abogado de Claire T. confirmó que ella prestó declaración a la policía el lunes haciendo la denuncia. El abogado de Bettencourt no pudo ser contactado de inmediato para conocer sus comentarios.
En una mesa redonda sobre salud pública, Sarkozy dijo que Woerth era víctima de una calumnia «sin la menor realidad» y que deseaba que la gente se interesara más en temas grandes como la salud y las pensiones en vez de en «quienes crean escándalos».
Miembros socialistas y comunistas abandonaron el Parlamento en señal de protesta, después de que un ministro de centro-derecha acusara a la oposición de «jugar el juego de la extrema derecha» al preguntarle reiteradamente sobre las acusaciones durante una sesión televisada.
«Estas acusaciones son completamente inaceptables», dijo el líder socialista de la Cámara Jean-Marc Ayrault a la prensa. «Cuando pedimos explicaciones, aclaraciones del Gobierno, somos acusados de jugar el juego de la extrema derecha», indicó.
MÁS PRESIÓN PARA UMP
Woerth, quien es tesorero del gobernante partido UMP de centro-derecha y fue tesorero de la campaña de Sarkozy en el 2007, negó haber aceptado un sólo euro en donaciones ilegales.
Woerth lidera una gran reforma al sistema de pensiones y es un aliado clave del presidente, cuyo índice de aprobación tocó un mínimo histórico del 26 por ciento la semana pasada, en medio de fuertes acusaciones contra algunos de sus ministros.
«No tengo ninguna intención de renunciar porque sería una victoria para quienes me insultan cada día y no hay duda de ello», dijo Woerth a periodistas en el Parlamento.
«Siempre pueden creer un viejo rumor, pero nunca recibí un sólo euro en política que no fuera legal», declaró, agregando que no tenía intenciones de renunciar.
La ley francesa limita las donaciones a los partidos a 7.500 euros por persona anualmente. Sólo se pueden entregar 150 euros en efectivo.
Claire T. dijo que no le entregó el dinero personalmente a Woerth pero que se lo había dado al administrador de la riqueza de Bettencourt, quien le habría dicho que haría la transacción.
Woerth, cuya esposa trabajó en la contabilidad de Bettencourt hasta su dimisión el mes pasado, ha negado cualquier acción ilícita o conflicto de intereses entre su empleo doble como tesorero del partido oficialista y como ministro de Presupuesto hasta marzo.