El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Dionisio García, dijo que la situación de los presos fue abordada en una reunión sostenida el miércoles con Castro y en la que también participó el cardenal Jaime Ortega, líder de la Iglesia Católica en la isla.
«Fue una reunión muy positiva y que creo que dará sus frutos», dijo García a Reuters por teléfono desde la ciudad de Santiago de Cuba, en el extremo oriental del país.
Al ser consultado acerca de la posición de Castro sobre los presos políticos, agregó: «Creo que el Estado, el Gobierno, está en la disposición de accionar, de tomar acciones para ir resolviendo (…), ir encaminando una solución a estos problemas».
El obispo no aclaró sobre los posibles pasos ni mecanismos a seguir en relación con el tema de los presos políticos.
La Iglesia Católica irrumpió recientemente en el debate sobre los problemas de la sociedad de cubana, machacada por décadas de crisis económica.
El cardenal Ortega advirtió en abril que Cuba se enfrenta a una situación «muy difícil» y el retraso del Gobierno en introducir cambios económicos «produce impaciencia y malestar en el pueblo».
A comienzos de mayo, Ortega intercedió para que las autoridades frenaran el acoso de militantes comunistas a las Damas de Blanco, un grupo de madres y esposas de presos políticos que marchan los domingos por una avenida de La Habana.
La reunión de los obispos con Raúl Castro, la primera desde que el general reemplazó hace dos años a su convaleciente hermano Fidel en la presidencia, recibió amplia cobertura por la prensa estatal cubana.
Granma, el diario del gobernante Partido Comunista, publicó el jueves fotografías del encuentro en su portada y dijo que habían sido abordados temas de interés común y de la actualidad nacional.
El informativo de la televisión abrió con imágenes -sin audio- de la reunión.
DISIDENTES ESCEPTICOS
Disidentes cubanos reaccionaron con escepticismo.
Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, dijo esperar que el encuentro conduzca a futuras liberaciones de presos políticos como su marido y medio centenar de disidentes encarcelados desde 2003.
«Son esperanzas, porque en realidad no hay nada cierto», sostuvo.
El líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez, comentó que podría tratarse de una «maniobra» del Gobierno cubano.
«Es nuevo, pero este Gobierno lleva décadas emitiendo, en determinadas coyunturas, falsas señales de cambio, con lo cual entretienen a la opinión pública. Ojalá me equivoque», dijo.
Pero más allá de sus resultados prácticos, la reunión representa un paso hacia la normalización de las relaciones entre las autoridades comunistas y la Iglesia Católica, marcadas por décadas de mutua desconfianza.
El clima entre el Gobierno de Cuba y la Iglesia Católica ha ido mejorando gradualmente desde la visita a la isla del Papa Juan Pablo II en 1998.
Varias personalidades del Vaticano han desfilado por Cuba desde entonces. El próximo será el canciller Dominique Mamberti, que participará a mediados de junio en un encuentro religioso.