Los periódicos italianos no tuvieron piedad con los héroes que en 2006 ganaron el campeonato mundial, señalando que la derrota muestra la debilidad de toda una nación.
«La azzurra, el reflejo de un país», escribió Oliviero Behaen en el diario independiente Il Fatto Quotidiano, sobre una de las peores actuaciones de Italia en Copas del Mundo, torneo que la selección italiana ha ganado cuatro veces.
«Todo negro, la peor Italia se queda fuera», escribió en su portada el diario deportivo Gazzetta dello Sport.
Muchos comentaristas compararon la mala presentación de los italianos con la complicada economía del país, en medio de la crisis en la eurozona.
«Un país sin memoria, sin identidad, sin una idea de futuro», dijo Beha.
Los dos mayores periódicos italianos compartieron titulares similares.
«Azzurra, derrotada y avergonzada», decía la portada del Corriere della Sera, mientras que La Repubblica tituló: «Azzurra, vergüenza y llanto».
Una foto del delantero italiano Fabio Quagliarella llorando predominó en las portadas de los periódicos italianos.
«Este es el resultado de un proceso. No es el fracaso de una sola selección, sino la declaración de que un tipo de fútbol en Italia ha llegado a su fin. El problema es en lo que nos hemos convertido», escribió Mario Sconcerti en el Corriere della Sera.
El seleccionador Marcello Lippi, un héroe nacional cuando dirigió al equipo campeón en el Mundial de 2006, dejará el cargo según un acuerdo establecido previamente.
Sin embargo, su larga confesión tras el partido por la mala preparación del equipo, que los medios tildaron en varias ocasiones de viejo y lento, hizo poco para suavizar las críticas.
«Lippi se hizo responsable, pero se está yendo, y eso ya lo sabíamos», escribió Andrea Monti en La Gazzetta dello Sport.
Otros medios no mostraron compasión con los jugadores, quienes volvían el viernes a enfrentarse a las críticas de sus aficionados.
El equipo italiano siguió el camino del campeón de 1998 y finalista en 2006 Francia, que debió ser escoltado por la policía al regresar a París tras finalizar en el último lugar de su grupo, al igual que Italia.
La eliminación ha provocado una situación similar en Francia, donde el presidente Nicolas Sarkozy pidió una reorganización del fútbol francés.