El primer ministro etíope espera ganar las elecciones

El observador jefe de la Unión Europea señaló que los ciudadanos había asistido a votar en masa. Aunque existían algunos alegatos de irregularidades que aún debían ser estudiadas, la votación parlamentaria era «pacífica y en calma».

En 2005 se desataron disturbios en la capital, Adís Abeba, cuando el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF, por sus siglas en inglés) en el poder fue declarado ganador. Las fuerzas de seguridad mataron a 193 manifestantes y siete policías murieron en unos sucesos que mancharon la reputación de uno de los mayores receptores de ayuda internacional del mundo.

Un líder de la mayor coalición de oposición Medrek, Gizachew Shiferaw, exigió una condena por parte de las autoridades electorales el domingo tras denunciar en la televisión estatal que la votación no había sido democrática.

Hablando a Reuters mientras volaba a la capital ras votar en la región de Tigray, en el norte, Meles dijo que una vez que las personas estaban en la cabina secreta podían votar como deseaban y que la intimidación no afectaría el resultado.

«Imagine un gobierno que ha entregado tasas de crecimiento de dos dígitos durante más de siete años perdiendo una elección de alguna parte del mundo. Es insólito que tal fenómeno ocurra», declaró a Reuters.

La oposición sintió que había sido engañada con la victoria de hace cinco años aunque admite que esta vez eran pocas las posibilidades de ganar.

El EPRDF dice que desde entonces ha ganado popularidad durante un período de sostenido crecimiento económico, mediante la construcción de carreteras, presas hidroeléctricas y llevando electricidad a las aldeas en un país donde casi el 10 por ciento de la población debió recibir ayuda alimentaria el año pasado.

DESPROVISTO DE POLITICAS

Meles se convirtió en líder de Etiopía en 1991, cuando el grupo rebelde que lideraba derrocó a un gobierno comunista que mató a cientos de miles de etíopes en 17 años en el poder.

Su mayor desafío proviene de una coalición de 80 partidos, conocida como Medrek – o el Foro -, que está unida principalmente por su deseo de sacarle del poder y ha presentado pocas políticas reales.

Medrek presentó 421 candidatos para el parlamento federal de 547 miembros, a diferencia de los 521 del EPRDF, pero suficientes para formar una clara mayoría si la elección da un resultado inesperado.

Los otros grandes partidos opositores, la Organización Etíope por la Unidad y el Partido Democrático Etíope, presentaron 350 y 250 candidatos, respectivamente.

Diplomáticos occidentales en Adís Abeba dicen que están ansiosos por ver las mejoras en el país laico, aliado en la lucha contra los integristas islámicos en la región.

Fuera de la capital, ambos bandos dicen que han sufrido asesinatos motivados por temas políticos. Diplomáticos y personal de algunas organizaciones de caridad extranjeras tienen prohibido dejar Adís Abeba sin la autorización de las autoridades hasta después de la elección.

En Tigray, el partido gobernante afronta la oposición de ex miembros que lucharon con Meles debido a las políticas económicas y sobre cómo lidiar con Eritrea.

El líder de 55 años, quien ha representado a África en reuniones internacionales, fue colocado en un pedestal por Occidente en 1991. El entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton lo llamó uno de los líderes de «una nueva generación» que llevarían la democracia al continente, pero Meles es cada vez más criticado por los grupos de derechos humanos que dicen que se ha vuelto más autocrático y que sofoca a la disidencia en el país de 80 millones de habitantes.

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