Berlusconi dice que Italia no puede permitirse la inestabilidad

En una intervención interrumpida en ocasiones por los vítores de sus partidarios y los abucheos de la oposición, Berlusconi advirtió de que la situación que afronta Italia exige el final de la animosidad que ha corroído el clima político nacional.

«Es absolutamente del interés de nuestro país no arriesgarse a un periodo de inestabilidad en este momento, cuando la crisis no ha terminado», dijo Berlusconi antes de la votación que se espera para la tarde-noche, después del debate.

En julio, el primer ministro rompió con su aliado en la coalición de Gobierno de centroderecha, el presidente de la Cámara Baja Gianfranco Fini, que fue expulsado de hecho del Partido de la Libertad que ambos crearon en 2008.

La división le dejó sin la mayoría parlamentaria suficiente, ya que Fini se llevó a más de 40 diputados y senadores con él, aunque el grupo disidente ha dicho que no derribará al Gobierno.

Como se esperaba, Berlusconi delineó un programa de cinco puntos con sus prioridades políticas: la reforma del sistema judicial, medidas para aumentar la autonomía fiscal de las regiones, la lucha contra el crimen organizado y la inmigración ilegal, así como medidas para ayudar al empobrecido sur del país.

En caso de que perdiera la votación, podría convocarse elecciones anticipadas, pero parece poco probable después de que los llamados «finianos» dijeran que el discurso de Berlusconi estuvo en línea con el programa de reformas que apoyan .

«Vamos a decir ‘sí’ al voto de confianza», dijo a la prensa Andrea Ronchi, un aliado de Fini, después del discurso.

CLIMA DE DIVISIÓN

Entre los dos rivales hay pocas diferencias políticas, pero la disputa ha sido particularmente amarga, y cada bando ha acusado al otro de mentiras, difamación y traición.

Fini ha denunciado al también rico empresario mediático de dirigir el Gobierno como si fuera una de sus empresa privadas, y se ha mostrado muy crítico con varios escándalos en los que se han visto implicados algunos de sus aliados. Berlusconi, a su vez, acusa a Fini de traición y afirma que sus únicos motivos para criticarle son el egoísmo y la ambición personal.

Varios personajes públicos, desde al presidente de la patronal Confindustria a sindicatos y altos cargos de la Iglesia, han advertido de que el enfrentamiento ha distraído al Gobierno de su tarea.

Los problemas que afronta el país se pusieron de manifiesto el miércoles, cuando nuevas previsiones gubernamentales redujeron el pronóstico de crecimiento para el año que viene al 1,3 por ciento y subieron la de la deuda pública al 119,2 por ciento del Producto Interior Bruto.

Hasta ahora, las drásticas medidas del Gobierno sobre el gasto público han evitado que Italia caiga en la agitación que ha golpeado a países endeudados como Grecia o España, pero una crisis gubernamental prolongada podría atraer la atención de los inversores.

Fuente de la noticia