¿Habría que hacer una huelga general?

Sí, pero contra todos los que han propiciado, consentido y todavía hoy disfrutan de esta situación, para decirles que estamos hartos: hartos del Gobierno, hartos de la oposición, hartos de los nacionalistas, hartos de las asociaciones patronales, hartos de los sindicatos, hartos de los grandes grupos de comunicación, hartos del mangoneo de las cajas de ahorros, y hartos de la especulación constructora.

huelga

Y sin embargo, la realidad es que los sindicatos no desean la huelga general, porque son parte del problema. Cuando uno quiere poner excusas, cualquier cosa vale, y las de los dirigentes de los sindicatos son más bien burdas, que si los partidos de la selección española que si las vacaciones, que si Europa, que si la hacemos coincidir para irnos de puente, que si ahora nos da un apretón y volvemos en septiembre… Somos muchos los que nos tememos que lo que están haciendo los sindicatos no sea sino otra forma de burlarse de los ciudadanos que estamos pagando el pato de su complicidad con el Gobierno, y de un sistema que necesita un buen repaso para acabar, no solamente con esta tomadura de pelo, sino también con la que practicanunos socios nacionalistas y un PP que hace en la “zona Gurtel” lo mismo que critican al Gobierno central, mientras esperan y se frotan las manos esperando que el deterioro de la situación económica les ponga en bandeja una victoria electoral.

Antes de la Crisis era un tema de conversación recurrente que el modelo de económico español no podía mantenerse y terminaría por reventar por algún costado. Y sin embargo quienes tenían la responsabilidad y los medios para tomar las medidas necesarias para reconducir una situación que se sabía insostenible, prefirieron seguir disfrutando de las prebendas que el actual sistema les da a todos ellos. Y todavía hoy, unos y otros, siguen practicando un populismo de signo peronista y se resisten a aceptar poner la casa en orden. Hubo una renuncia expresa del PP de Aznar a hacer una reforma del mercado laboral cuando España se incorporó al Euro, mientras que el PSOE, desde la reforma y recortes sociales del año 94, no ha vuelto a mover un dedo por el empleo, a parte de algún eslogan electoral.

Lo único que ha puesto freno al Gobierno y está siendo el referente y  ancla que nos va a permitir salir de la crisis es nuestra pertenencia a la Unión Europea, que nos obliga a hacer todas las reformas que no se hicieron antes y a replantear una economía que los políticos y sus malas compañías han dejado descoyuntada.

La foto es aterradora: Aproximadamente 14 millones de personas empleadas en sectores económicos de baja productividad y servicios (hostelería, ocio, deporte, externalización de servicios empresariales, administraciones públicas…), 5 millones de empleados en sectores de elevada productividad (industria, tecnología…), 5 millones de parados, más de 8 millones de pensionistas y un fenómeno migratorio de 6 millones de personas con el que nadie contaba, pero que ha sido el motor de la agilidad económica de los años previos.

Cuando hay tantos problemas que resolver, tantos que nos pueden llevar a todos por delante; cuando la fiesta ha terminado y nadie quiere pagar las copas; cuando todos sin excepción, los que mencionaba al comienzo del artículo, se han desentendido de los intereses de los ciudadanos y siguen bailando en sus despachos a ritmo del Waka-Waka, hay que convocar una huelga general para decirles basta. Pero una huelga de verdad, a esa me apunto de cabeza, no a un teatro de cuatro dirigentes sindicales de mariscada, chófer y sueldo de directivo de multinacional, que son los menos legitimados para convocar ni a su propia madre.