Parece que desde el gobierno quieren hacer algo, que al menos pueda parecer bueno para el ciudadano. En poco más de un 3,5% se ha aprobado acortar el gasto público para 2012. Pero claro, esa es la cara bonita de la moneda. La que ya me gusta menos, es que el 2012 es precisamente año electoral, por lo que si las tornas cambian, algo que es muy probable, veremos las verdaderas cuentas y lo dicho ya no servirá para nada. A ello hay que añadir que si parlamentarios y políticos de diversa índole no quieren ni renunciar al mínimo sacrificio de viajar en primera clase ¿de dónde van a recortar el dinero?