Definitivamente, después de saber que el señor Rajoy tiene asesores sin título que cobran un dineral y no sabemos sobre qué asesoran. Y que la situación se repite en todas las administraciones, mientras que se da al funcionario un papel secundario y se le quitan los pocos privilegios que tienen como fue el caso de la óden de la eliminación de la paga extra, ya pensaba que nada más me iba a sorprender dentro del gobierno. Pero fíjense por dónde, siempre se puede ir a peor. Y si estamos en España, en eso parece que somos unos cracks.
Para mi sorpresa, estoy escribiendo este artículo porque acabo de leer en la portada de El País que en realidad para el Ministerio del interior trabaja un señor que podría ser el que acabó con la vida de una joven en un brutal atentado de la Transición, en 1980 y que fue condenado en 1982 a nada menos que 43 años de cárcel. ¿Cómo no está pagando? Pues muy simple. Se escapó a Paraguay, luego volvió con otro nombre y ahora está ganando un buen dinero pagado por los contribuyentes, entre los que se encuentran la familia de Yolanda González, a la que asesinaron a sangre fría el señor Emilio Hellín Moro, que es el que tiene el cargo del que te hablo, y su partido Fuerza Nueva, un partido de extrema derecha.
Y visto que las cosas están así en España. Que quien nos gobierna tiene cuentas en Suiza. Los asesores no asesoran. Y ahora que hasta tenemos asesinos investigando en el ministerio de Interior. ¿Aún nos preguntamos por qué se vivió una fiesta del despilfarro a la que a nosotros, los ciudadanos de a pie no nos invitaron? ¿Quién fue el que vivió por encima de sus posibilidades? Pero sea como sea, los que lo pagamos somos los de siempre. ¡Hasta cuándo!