Los republicanos analizan las últimas victorias del Tea Party

La victoria de la conservadora Christine O’Donnell sobre el popular representante Michael Castle en una primaria para el Senado concluyó la carrera de uno de los últimos republicanos moderados en el Congreso y desencadenó celebraciones entre los demócratas.

La derrota de Castle, quien se esperaba que ganara fácilmente en las elecciones del 2 de noviembre en Delaware, reavivó los esfuerzos de los demócratas por conservar el escaño del Senado ocupado desde hace tiempo por el vicepresidente Joe Biden.

También hace más difícil que los republicanos arrebaten a los demócratas los 10 escaños que necesitan para obtener una mayoría en el Senado.

Aún se espera que los republicanos traduzcan la inquietud de los votantes sobre la economía y el liderazgo del presidente Barack Obama en grandes ganancias en noviembre que podrían devolverles el control en la Cámara baja y tal vez en el Senado, alguna vez considerada una apuesta arriesgada.

La victoria de O’Donnell fue la más importante en una serie de derrotas que republicanos han sufrido este año ante candidatos del Tea Party, impulsadas por la molestia contra el Gobierno y la ambiciosa agenda de Obama.

El miércoles, O’Donnell discutió en Fox News con el comentarista Karl Rove y se quejó de «canibalismo republicano» después de los ataques en su contra por parte de los dirigentes del partido.

«No conté con el apoyo de los dirigentes para ganar las primarias, no cuento con ellos para (ganar la elección) general», manifestó. «Ellos obviamente no ven lo que está ocurriendo en el país este año», agregó.

Rove, el arquitecto de las dos victorias en la carrera presidencial de George W. Bush, respondió con una serie de acusaciones contra O’Donnell sobre sus deudas de campaña, gravámenes por impuestos no pagados y antecedentes personales que según indicó dificultarían que ella se imponga en noviembre.

La votación en Delaware fue lo más destacado en el día final de primarias antes de noviembre, mientras los votantes en siete estados elegían a los nominados para el Senado, la Cámara de Representantes y para las elecciones de gobernadores.

En la primaria republicana para el Senado en New Hampshire, el ex fiscal general del estado Kelly Ayotte, quien recibió el respaldo de la ex candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin, venció por un escaso margen al abogado apoyado por el Tea Party Ovide Lamontagne. O’Donnell también recibió el apoyo de Palin.

El movimiento del Tea Party ganó otra carrera destacada en Nueva York, donde Carl Paladino venció con facilidad a la opción de los líderes del partido, el ex representante Rick Lazio, en la primaria republicana para el cargo de gobernador.

Paladino, quien se comprometió a gastar 10 millones de dólares de su propio dinero, tiene escasas posibilidades de vencer en noviembre al demócrata Andrew Cuomo.

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