Al margen del cáncer de mama de Esperanza Aguirre que poco tiene que ver con la política está claro que la política perjudica seriamente a la salud. El turno le ha llegado a Rubalcaba, que padece problemas «masculinos». ¿Pero tiene que ver la política en las enfermedades de nuestros líderes?
Yo creo que mucho. Y las canas son la prueba más sencilla.
A Rafael Simancas los años se le vinieron encima en las fatídicas elecciones de 2003
Al presidente del Gobierno ejercer sus funciones le ha dejado más calvo y canoso