La noticia ha conmovido a España en las últimas horas, y es que luego de casi cuatro décadas en el trono, el rey Juan Carlos I ha anunciado que abdica su lugar en favor del Príncipe heredero, Felipe, de 46 años. A partir de eso se han producido una serie de manifestaciones en algunas de las principales ciudades nacionales acerca de la forma de Gobierno que España debería tener en los próximos tiempos.
“Es tiempo de entregar a una nueva generación -más joven, con mucha energía- que puede, con determinación, asumir y llevar a cabo los cambios que las actuales situaciones demandan, y enfrentarlos con intensidad”, ha manifestado el propio Juan Carlos en una declaración a través de la televisión.
“La larga y profunda crisis económica, que estamos atravesando ha dejado muchas cicatrices socialmente, pero también ha apuntado hacia un futuro de esperanza”, siguió posteriormente el mensaje del propio Juan Carlos, quien dejará el trono en manos de su hijo, Felipe, de quien dijo que “es estable y tiene la madurez, la preparación, y el sentido de responsabilidad necesario”.
En efecto, Juan Carlos deja el trono español con un sentido de agradecimiento de su pueblo, sobre todo por parte de nuestros mayores, quienes vivieron como propio su reclamo en pos de la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975.
Una imagen desgastada
Sin embargo, también es cierto que la imagen de Juan Carlos había decaído en los últimos tiempos, sobre todo luego de que se conocieran las famosas fotografías en las que se le ve cazando elefantes en África, de por sí algo bastante desagradable, además de hacerlo en momentos en los que el país se encuentra sumido en una de las peores crisis políticas y económicas de su historia.
