Madrid.- El secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, ha pasado sus tres años en el cargo dedicado a ejercer la oposición a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, y los dos últimos tratando de conseguir que el PSOE le confirmase como candidato a la Presidencia de la Comunidad.
Desde su elección en un congreso extraordinario en julio de 2007, Tomás Gómez se ha centrado en la tarea de darse a conocer ante el conjunto de los madrileños y hacer oposición al Gobierno de Esperanza Aguirre, con la dificultad añadida de no ocupar ningún cargo público y no poder enfrentarse a la presidenta regional en el marco habitual de la Asamblea de Madrid.
Como oposición a Aguirre, a la que ha llegado a acusar de tener una «actitud mafiosa ante la política», ha atacado la gestión del Gobierno regional del PP a cuenta del «caso Gürtel», el supuesto espionaje a políticos, Caja Madrid, el aborto, la sanidad, la educación, la financiación local, la aplicación de la Ley de Dependencia y Telemadrid, entre otros asuntos.
Sin descuidar esta faceta, ha tenido que dedicar buena parte de su tiempo a hacer efectivo su deseo de enfrentarse a Aguirre en las elecciones autonómicas de 2011 para corregir el descalabro electoral de 2007.
Sobre todo durante los dos últimos años, tras constatar una y otra vez el apoyo de su formación, Tomás Gómez ha venido insistiendo a la Ejecutiva Federal la necesidad de proclamar cuanto antes su candidatura, igual que la de David Lucas como oponente de Alberto Ruiz-Gallardón para la Alcaldía de la capital.
«Yo soy Tomás Gómez, quiero ser candidato del PSOE para la Comunidad Autónoma de Madrid y no hay nadie más que haya dicho eso. Yo tengo serias dudas de que haya alguien más que vaya a presentar su candidatura. Es más, estoy convencido de que no, (aunque) sería legítimo, me gustaría, ¡yo lo quiero!», dijo a los periodistas el pasado 26 de julio.
Muchas veces antes había tenido que contestar preguntas sobre otros supuestos candidatos nunca certificados, desde el alcalde de Getafe, Pedro Castro, hasta la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y a principios de junio dijo estar «saturado» del tema, pero nunca perdió, al menos en público, su confianza en alcanzar finalmente la candidatura.
El 9 de mayo de este año dijo en «El País» que le parecía «inconcebible» que José Luis Rodríguez Zapatero pusiera otro candidato en Madrid que no fuera él y al día siguiente manifestó que la dirección federal «decidirá los plazos» y los socialistas madrileños dirán «quién» encabeza la candidatura.
Más aún, el 12 julio pasado reconoció que ya estaba «en clave preelectoral» y a pesar de que su partido no le había confirmado como candidato anunció el inicio de una gira por la región en un autobús con el eslogan «Tres años perdidos en la Comunidad de Madrid ¿Seguimos así o cambiamos las cosas?».
Incluso a principios de año, el 13 de enero, se comprometió a presentar para este verano el programa con el que concurriría a las autonómicas de 2011 y adelantó que se marcaría como objetivo equiparar la Comunidad de Madrid a las diez regiones líderes de la Unión Europea.
Tomás Gómez no hablaba sólo por sí mismo y a la vista del respaldo mayoritario del partido en Madrid cuando se sentía candidato, sino que en ocasiones recibió realmente el aliento de Ferraz, como el 8 de julio de 2008 cuando representantes de la renovada ejecutiva federal del PSOE como Elena Valenciano, Antonio Hernando y Pedro Zerolo escenificaron ese apoyo.
Zerolo resumió aquel día ese espíritu con estas palabras: «Hemos recibido el encargo de empeñarnos y de dejarnos la piel para que en las próximas elecciones municipales y autonómicas Madrid ciudad sea socialista y Madrid Comunidad tenga un presidente socialista: Tomás Gómez».
Era un apoyo que renovaba el expresado por el propio José Luis Rodríguez Zapatero el 6 de septiembre de 2008, cuando el todavía alcalde de Parla fue reelegido secretario general del PSM para los próximos cuatro años con el apoyo del 85,7% de los delegados que participaban en el XI Congreso Regional.
Ese día, Zapatero dijo que Gómez representaba una alternativa «sólida», «sensata», «responsable» y «auténtica» y era «resuelto» y un «buen líder»
El 28 de julio de 2007, después de que el entonces alcalde de Parla fue proclamado secretario general del PSM con el 91,18 por ciento de los delegados en un Congreso extraordinario, Zapatero había pedido a los socialistas madrileños «unidad y apoyo» en torno al nuevo secretario general y les había invitado a caminar hacia las próximas elecciones «sin prisas, sin ansiedad, pero también sin perder el tiempo».