El Gobierno francés dijo que 79 rumanos serían repatriados en vuelos con destino Bucarest el jueves bajo un plan que prevé enviar a 700 personas a Rumanía y Bulgaria para final de mes. Los vuelos estaban partiendo de los aeropuertos en París y Lyon.
El mes pasado, Sarkozy ordenó desmantelar 300 campamentos ilegales de gitanos rumanos dentro de una iniciativa amplia contra el delito tras registrarse episodios de violencia en dos localidades francesas, uno de los cuales implicó a gitanos que destruyeron una comisaría.
Los países europeos han enviado a los gitanos a sus países de origen en el pasado, y unos 10.000 fueron repatriados desde Francia en 2009. Sin embargo, las últimas deportaciones han sido denunciadas por los grupos de defensa de los derechos humanos, que dicen que se corre el riesgo de estigmatizar a una comunidad al completo.
El ministro de Exteriores de Rumanía, Teodor Baconschi, dijo el jueves en una entrevista en una emisora de radio francesa que estaba preocupado por el riesgo de que haya «reacciones xenófobas» a esta campaña. Altos cargos rumanos viajarán a París la semana próxima para abordar este asunto.
La oposición ha acusado a Sarkozy, cuyos índices de aprobación han caído este año en medio de escándalos y un desempleo elevado, de intentar distraer a los votantes con una campaña contra el delito.
La Comisión Europea dijo el jueves que estaba siguiendo de cerca la situación e instó a París a respetar las normas del bloque en materia de derechos de la ciudadanía.
El Gobierno francés asegura que la mayoría de los que están siendo repatriados lo hacen de modo voluntario. Ha ofrecido pagar a quienes acceden a volver 300 euros por persona y 100 euros más para los niños.
«Las deportaciones sirven para que esta gente vuelva a su país, y para demostrar que no toleraremos el establecimiento de campamentos ilegales en nuestro país, como hemos hecho durante demasiados años», dijo la ministra de Familia, Nadine Morano.
Morano añadió que Francia quería poner fin al flujo de gitanos, muchos de los cuales terminan mendigando en las esquinas, viven en campamentos improvisados y usan a sus hijos para pedir.
«VOLVERÉ»
Algunos cuestionan la viabilidad del plan, argumentando que es una pérdida de recursos ya que nada impide a los que han recibido el dinero volver a Francia días después.
Rumanía y Bulgaria son miembros de la Unión Europea. Bajo la normativa de la UE, los ciudadanos tienen libertad para establecerse en otro país del bloque, siempre que demuestren que tienen medios para subsistir a los tres meses de llegar.
«Algunas de estas familias llevan en Francia cinco, siete o diez años y 300 euros no bastan para ayudarles a establecerse en Rumanía. Volverán en las próximas semanas», dijo Malik Salemkour, vicepresidente de la Liga francesa de Derechos Humanos.
En Choisy-le-Roi, un barrio de las afueras de París, un gimnasio escolar se ha convertido en un acomodo temporal para más de 20 familias cuyos campamentos ilegales junto a la carretera fueron desmantelados por la policía el pasado jueves.
La mayoría de ellos, 50 adultos y 23 niños, duermen en catres mientras esperan a ser repatriados. La mayoría dijo que no tenían nada que esperar en Rumanía y que o bien volverán a Francia o se irán a otro país europeo.
«Si me devuelven a Rumanía, volveré en tres días», dijo Rodica Novakovich, de 38 años, que procede de una pequeña localidad del oeste de Rumanía y dice que vivía de vender flores en las esquinas de París.
«No tengo nada en Rumanía. No tengo casa ni una finca ni un trabajo esperándome. ¿Qué voy a hacer allí?», dijo.