Francia empieza a repatriar gitanos a Rumanía

Unos 60 romaníes salieron en un avión chárter desde Lyon y alrededor de una docena lo hizo en un vuelo desde París, en las primeras repatriaciones de un plan que prevé enviar a 700 personas que vivían en campamentos ilegales en toda Francia a Rumanía y Bulgaria para finales de mes.

Tras los disturbios en dos ciudades francesas el mes pasado, Sarkozy ordenó el desmantelamiento de 300 campamentos ilegales de gitanos, en un plan contra la criminalidad centrado en los inmigrantes a los que el Gobierno culpa del alza en la violencia en las barriadas pobres de Francia.

Los romaníes que aceptan irse reciben 300 euros por persona y 100 euros más por cada niño.

El Gobierno francés dice que todas las repatriaciones son voluntarias, pese a que algunos indicaron ser coaccionados para irse y muchos prometen darse la vuelta inmediatamente y volver a Francia.

«Quiero volver. Es mucho más fácil allí. Aquí no tenemos ninguna oportunidad, no hay trabajos, nada», dijo Ovidiu, un joven de 23 años de Oradea, una ciudad rumana en la frontera con Hungría, a los periodistas tras aterrizar en el aeropuerto de Bucarest.

Los romaníes son la minoría étnica más grande de Europa. Están dispersos pero concentrados principalmente en el centro y el este del continente. Francia repatrió unos 10.000 gitanos el años pasado, mientras que otros países europeos como Alemania, Italia, Dinamarca y Suecia han tomado medidas similares.

¿CONNOTACIONES NAZIS?

Sin embargo, las últimas deportaciones han atraído más atención y algunos políticos franceses, entre ellos un diputado de la UMP, el partido conservador del presidente, han comparado las redadas en los campamentos gitanos con las de los judíos en la Francia ocupada por nazis.

Otros han acusado a Sarkozy de crear una campaña cínica para distraer a los votantes del escándalo de donaciones ilegales y el alto desempleo que han hundido a su Gobierno y llevado sus índices de aprobación a mínimos históricos.

El ministro de Exteriores de Rumanía, Teodor Baconschi, dijo el jueves en una entrevista en una emisora francesa que estaba preocupado por el riesgo de que haya «reacciones xenófobas» a esta campaña. Altos cargos rumanos viajarán a París la semana próxima para abordar este asunto.

La Comisión Europea dijo el jueves que estaba siguiendo de cerca la situación e instó a París a respetar la legislación comunitaria en materia de derechos de la ciudadanía.

El Gobierno francés dice tener el derecho a contrarrestar el influjo de los gitanos, muchos de los cuales terminan pidiendo limosna en las esquinas de las calles y viviendo en campamentos en pésimas condiciones. Se estima que en el país habitan entre 15.000 y 40.000 gitanos.

«Las deportaciones sirven para que esta gente vuelva a su país, y para demostrar que no toleraremos el establecimiento de campamentos ilegales en nuestro país, como hemos hecho durante demasiados años», dijo la ministra de Familia, Nadine Morano.

Muchos expertos cuestionan la viabilidad del plan, argumentando que es una pérdida de recursos ya que nada impide a los que han recibido el dinero volver a Francia días después.

Rumanía y Bulgaria son miembros de la Unión Europea. Según la legislación europea, los ciudadanos tienen libertad para establecerse en otro país del bloque, siempre que demuestren que tienen medios para subsistir a los tres meses de llegar.

«Algunas de estas familias llevan en Francia cinco, siete o diez años y 300 euros no bastan para ayudarles a establecerse en Rumanía. Volverán en las próximas semanas», dijo Malik Salemkour, vicepresidente de la Liga francesa de Derechos Humanos.

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