Hoy la Comisión le ha echado la bronca a Sarkozy. Y se la ha echado bien. Sólo que a él le da igual. O eso parece. Puesto que sigue empeñado con las expulsiones.
En realidad aquí el problema es el de siempre, que Europa no es una sola, somos muchos. Y cada uno quiere hacer las cosas a su modo para lograr que el país salga adelante. En los momentos en que estamos de crisis, Sarkozy defiende que en su país, ya hay suficiente gente a la cuál el estado necesita ayudar como para acoger a extranjeros, aunque estos sean comunitarios, que no tienen recursos y que en muchos casos se dedican a la delincuencia.
La otra lectura de todo esto es ¿qué se está haciendo con los montes de dinero que manda la Unión Europea para integrar a las minorías?. Bueno parece que el asunto Sarkozy, ha tenido sus repercusiones y la Unión empieza a pedir explicaciones a Rumanía y a Bulgaria sobre los fondos. Esperemos que las den.
Y cómo lección, deberíamos aprender que a veces no basta con que se gane un amplio mercado como fue el caso de Rumania y Bulgaria, sino que los países deben estar preparados para ser parte de la Unión Europea y no para suponer una gran carga y grandes problemas, como está ocurriendo.
Fuente | El País
