El titular no es más que la pura realidad. Me gustaría que fuese solo una analogía a alguna frase literaria, pero no hay nada más duro que la cruda realidad. Y es que España no es país para jóvenes. y nos son pocas las razones para las que no lo sea. Evidentemente, como joven ciudadana española asumo todas las culpas de las que voy a hablar en este artículo, porque es cierto que buena parte del desastre causado la tienen los políticos, los de derechas y los de izquierdas, Zapatero y Rajoy. Porque al final, los jóvenes somos siempre los últimos que estamos ahí, pero también es cierto que el lugar ocupamos lo hacemos por mérito propio.
Y es que si España no es país para jóvenes es porque a los jóvenes ya no nos interesa la política. Pero luego cuando nos bajan el sueldo, chillamos. A los jóvenes ya no nos importan los políticos, pero cuando suben los impuestos ponemos el grito en el cielo. A los jóvenes Zapaetro y Rajoy ni nos van ni nos vienen, pero cuando no encontramos empleo, recordamos a sus madres. A nosotros, la generación que debería levantar el país, no nos importan los partidos, no nos importan las ideologías y no vamos a votar. Pero claro ¿cómo queréis que el paro juvenil baje, cuando no os interesáis por aquellos que tienen que trabajar en ese campo? ¿Cómo queréis cobrar más y tener empleos decentes, si apenas sabéis lo que es un sindicato y una patronal? ¿Cómo os podéis quedar en casa, mientras los políticos encarecen la educación, bajan las partidas para universidades y conceden menos becas, y cuando se habla de botellón todos ponemos el grito en el cielo y sacamos la pancarta? Acaso, ¿ no somos capaces de mirar a nuestro alrededor y ver la que se ha liado en Italia con la reforma Gelmírez? ¿Ver como nuestros homólogos en Grecia se movilizan? ¿O los franceses? ¿Acaso ellos son más inteligentes que nosotros?
El problema es muy grave, y si España no es país para jóvenes, muchas de las culpas nos las llevamos nosotros, por nuestro pasotismo, por nuestra comodidad, y sobre todo por no reclamar los que son nuestros derechos. Con manifestaciones. Con votos. Y con lo que haga falta. Pero mientras sigamos en casa, España no es ni será país para jóvenes. Y luego que no se diga que en Europa se vive mejor. Es que aquí, no hacemos nada para mejorar lo que es nuestro, y los de fuera, no van a venir a solucionarlo
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