Lo que comenzó como una pelea de familia entre la mujer más rica de Francia, la heredera de L’Oreal Liliane Bettencourt, y su hija, ha explotado con una serie de acusaciones de que el presidente Nicolas Sarkozy y Woerth recibieron donaciones ilegales.
Woerth, un estrecho aliado de Sarkozy y el arquitecto de una histórica reforma de las pensiones este año, está recibiendo presiones para que dimita tras conocerse que su esposa trabajó en la gestión del patrimonio de Bettencourt. Él ha negado las acusaciones.
La ex contable de la heredera, Claire Thibout, ha dicho que Woerth recibió de Bettencourt donaciones políticas ilegales para el partido gobernante UMP. La policía interrogó el lunes a Thibout por novena vez, dijo el periódico Le Figaro.
En declaraciones realizadas tras la comparecencia policial, el abogado de Woerth, Jean-Yves Leborgne, dijo a los periodistas que su cliente negaba cualquier irregularidad y la existencia de un pago en efectivo de 150.000 euros para la campaña electoral de Sarkozy en 2007.
«(Woerth) niega categóricamente haber recibido ninguna financiación política que hubiera estado en contra de la ley», declaró.
En un nuevo giro del caso, los documentos relativos a la concesión del prestigioso título de la Legión de Honor al gestor de la fortuna de Bettencourt, Patrice de Maistre, han sido confiscados por la fiscalía de Nanterre.
Maistre recibió el galardón de Woerth a principios de 2008, dos meses después de que Florence Woerth fuera contratada para trabajar en la firma Clymene, que gestiona la vasta fortuna de Bettencourt, con un salario anual de 200.000 euros.
Florence Woerth y Maistre ya han sido interrogados por la policía. Florence Woerth ha negado cualquier acuerdo de favor pero ha dicho que fue Maistre quien le ofreció el trabajo, sólo pocas semanas después de que su marido empezara a trabajar como ministro de Presupuestos.
Woerth tuvo una conversación con Maistre antes de que su mujer fuera contratada pero de ninguna manera estuvo vinculada a su empleo, dijo Leborgne.
«(Woerth) explicó que no intervino en ningún momento dado para que su mujer fuera contratada por el Sr De Maistre (…) Pudo haber sacado a colación la profesión de su mujer durante una conversación normal, dada su formación similar», declaró.
Philippe Courroye, el fiscal que lleva la investigación, es amigo de Sarkozy y algunos críticos cuestionan su imparcialidad porque responde ante el Ministerio de Justicia.
En los últimos años, el Gobierno ha nombrado a cada vez más fiscales públicos para llevar grandes casos en lugar de ponerlos en manos de magistrados independientes, que solían gestionar la mayoría de las investigaciones de gran trascendencia, y que en teoría tienen más poderes.
Sin nombrar el caso Bettencourt, la ministra de Justicia, Michele Alliot-Marie, arremetió el viernes en una columna en la edición del diario francés Le Monde contra las acusaciones de intromisión del Gobierno.
«Digo ‘basta’ a los ataques que hemos visto estos últimos meses y semanas, que son tan absurdos como injustificados», escribió.
La policía registró la casa de la hija de la heredera, Françoise Meyers-Bettencourt, el miércoles dentro de una investigación sobre violación de privacidad después de que se hicieran públicas unas conversaciones de Bettencourt y sus contables grabadas en secreto por su mayordomo en la casa de la heredera.