Continúan las provocaciones de Ahmadineyad

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El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, visita hoy la frontera entre Líbano e Israel en un viaje polémico y lleno de provocaciones y de opiniones enfrentadas. Tras haber asegurado que lanzará piedras a los soldados israelíes a través de la frontera como protesta simbólica, veremos si finalmente lo hace o no, ha recibido el apoyo de la milicia chií Hezbolá. Sin embargo, esta visita del presidente iraní a una zona de alta tensión no sólo ha provocado reacciones favorables. Estados Unidos e Israel, así como la mayoría parlamentaria pro-occidental de Líbano, le acusan de querer convertir Líbano en una base iraní en el Mediterráneo.

Ante las declaraciones de Ahmadineyad de querer destruir Israel, tanto Israel como su aliado, Estados Unidos, han calificado estas declaraciones incendiarias de provocación. Nadie duda que realmente son una provocación, igual que la visita la sur del Líbano y a la frontera con Israel. Sin embargo, las provocaciones de Ahmadineyad continúan y nadie hace nada al respecto: ni Israel, ni Estados Unidos ni la ONU.

En este interminable conflicto entre Israel y Líbano, sin olvidarnos del papel que juegan, cada uno a su manera, Palestina y Estados Unidos, las provocaciones y las amenazas están a la orden del día. Parece que cada uno hace lo que quiere y cuando quiere. En este caso han sido Israel y Estados Unidos los que se han llevado las manos a la cabeza y han puesto el grito en el cielo ante la actitud del presidente iraní. En otras ocasiones ocurrirá al revés, unos serán los provocadores y otros los ofendidos.

Y mientras, ¿quién vela por que se cumpla el orden internacional? ¿Qué hace la ONU al respecto? ¿Cuál es su papel tanto en este como en otros conflictos que no parecen tener fin? Desde luego, a primera vista, no parece que sea un papel demasiado relevante. Demos tiempo al tiempo y esperemos a ver qué pasa por que lo que nadie duda es que esta visita polémica y provocativa del presidente iraní a la frontera entre Líbano e Israel tendrá consecuencias y no resulta muy difícil imaginar cuáles serán.

Fuente | El País