Estamos en Valencia. Un asunto de corrupción en primera plana. Cotino, preside en las Cortes Valencianas. Y como siempre sucede en este país, cuando un asunto es importante, todos nuestros políticos tienden a buscarse un nuevo escándalo. Y claro, si hablamos de religión y de crucifijos en una España que pretende ser laica, tenemos el escándalo a pie de juego. Y así, el señor Cotino, convencido de razones, y todo sea dicho, miembro del Opus Dei, ha sacado un crucifijo que ha presidido junto con el durante toda la duración de la sesión.
Entonces, tenemos un plan bien colocado en el que todo está en su sitio. Y en lugar de hablar de corrupción. Hablamos de religión. Y hablamos de Cotino. Y del Opus Dei. De todo menos de lo que interesa. Aunque claro, ¿por qué había de sorprendernos, si siempre había sido de ese modo? España siempre ha sido así. Y por ahora, ninguno de nuestros políticos ha demostrado querer cambiarlo.
Noticia | El País