Parece que Cameron sabe donde está el problema. Lo ha descubierto solo ahora. Después de tantos años gestándose. Y después de su brutal consecuencia que terminó con los disturbios de Londres. Unos disturbios a los que en un primer momento, Cameron pensó solucionarlos solo con mano dura. Pero parece que aunque un tanto tarde, se ha dado cuenta que con la fuerza son más bien pocas las cosas que se solucionan, y la mayoría no tienen corte social.
Ahora, Cameron dice: «Los problemas sociales enconados nos han saltado a la cara». Y así inicia un discurso en el que asegura que a mayores medidas de seguridad que se aplicarán, también llegarán cambios sociales, porque lo que hay que hacer es atender a una sociedad que pide ayuda a gritos, una sociedad en la que faltan los valores, y a la que le sobran los motivos para haber creado un nuevo modo de vida fuera de las normas del Estado. Trabajar en la reinserción y en la construcción de una nueva sociedad no será fácil. Pero por algo se empieza. Y creo que la línea que ha empezado a tomar Cameron es la correcta. Al menos, eso es lo que parece.
Noticia | El Mundo