Si ya eran pocas las preocupaciones del gobierno español con el conflicto de Marruecos, ahora resulta que va a Aznar y se pasa por Melilla. A apoyar a las fuerzas del orden, dice. Lo que faltaba. Si ya la credibilidad del gobierno y el poder de la diplomacia se han puesto en duda, ahora la cosa va a más.
Parece una jugada casi perfecta para atacar a ZP y su equipo. Toda una jugada de profesionales políticos. También podría ser fruto de una casualidad del destino, aunque como de esas hay más bien pocas, me quedo con la primera opción.
Esta maniobra sólo viene a demostrar que ni el PP ni el PSOE quieren realmente mejorar su país. Mientras la realidad está ahí fuera y necesita medidas urgentes, ellos se dedican a intentar aprovecharse de la menor ocasión y a ponerse zancadillas, mientras que la que se está cayendo al suelo, es España. Y no parece que la situación pinte mejor, porque los conflictos, las crisis, y los tirones de orejas de Europa siguen ahí fuera, mientras los principales partidos políticos siguen mirando hacia otro lado, a ver si al de al lado se le olvidó alguna cosa que pueda ir corriendo a contar a la prensa. Y así vamos…