Los dos debates electorales televisados en el Reino Unido hasta ahora han beneficiado especialmente al líder liberaldemócrata, Nick Clegg, que de ser un candidato poco conocido y con una intención de voto por debajo del veinte por ciento ha pasado a superar incluso el 30 por ciento del favor de los ciudadanos británicos.
“La irrupción de Nick Clegg ha dinamitado completamente la campaña”, opina Daniel Ureña, director de Mas Consulting, empresa especializada en formación de telegenia para políticos. Según este analista, Clegg ha aprovechado “muy bien -rozando el sobresaliente- los 90 minutos de prime time” que supone cada debate televisado. “Es un magnífico orador y él es consciente de eso”, asegura.
Miguel Ángel Cañada, profesor de comunicación política en la Escuela de negocios EAE, coincide con Ureña y le concede un nueve y medio por sus intervenciones hasta ahora, “porque ha sabido dominar la situación y desconcertar a los dos rivales”.
Cañada dice que Clegg “sabe controlar los tiempos, decir las cosas con tranquilidad y tiene cierta facilidad de empatía al hablar al haber tratado con gente de culturas tan diferentes”, por proceder de una familia internacional y haber trabajado muchos años en el extranjero.
Para Carlos Barrera, director del Máster de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, “lo difícil [ahora] es mantener esas altas expectativas que creó [ya] en el primer debate, [pues] no es fácil introducir una cuña en un sistema marcadamente bipartidista [como el británico]”.
Sin embargo, reconoce que ha irrumpido con fuerza en el panorama político gracias a los debates de televisión y apunta que “a Rosa Díez [líder de UPyD] le habría gustado ser Nick Clegg”. Dice que a ambos políticos les une “su idea de ser un partido bisagra con el que se cuente para poder formar gobiernos”.
Ureña también indica a Rosa Díez como un perfil cercano a Clegg, porque está “entre los líderes más votados” en las encuestas y “está jugando muy hábilmente a defender el perfil de los ciudadanos mientras el PSOE y el PP se pelean entre ellos”.
Cañada, sin embargo, apunta hacia otro lado: “[Nick Clegg] sería Zapatero en el año 2002, un líder que acaba de salir, un gran desconocido, europeísta, habla de grandes temas como la justicia social, el ecologismo… pero que en su forma de hablar no se compromete excesivamente”.
Clegg y Brown, especialistas en telegenia
“Clegg está aplicando muchas de las técnicas de la telegenia: maneja muy bien las emociones y genera empatía contando historias y poniendo muchos ejemplos. Es todo lo contrario a Gordon Brown, [con un] discurso más racional y abstracto”, opina Daniel Ureña.
“David Cameron también ha sido muy bueno en esto de la telegenia. Muy parecido a Clegg”, añade.
Ureña dice que Cameron “ha conseguido algo muy difícil [durante los últimos años]: que lo moderno fuese ser conservador”, algo que según este experto ha conseguido en parte gracias a la introducción de la defensa del medio ambiente en su programa electoral.
El profesor de comunicación política Miguel Ángel Cañada es más estricto y concede sólo un cuatro a Cameron en una escala del 1 al 10: “No se explica cómo una persona que conoce perfectamente cómo funciona un debate en televisión -se ha dedicado a preparar a gente- ha dejado escapar esa oportunidad”.
Bazas para el debate de esta noche
Ureña apunta a una ventaja para Clegg frente al líder tori: “la marca
partido conservador pesa en los que quieren el cambio”. Por eso le cree
que en el debate definitivo de esta noche, Clegg debe mantener su baza
de presentarse como “lo nuevo frente a lo viejo y meter en el mismo saco
a laboristas y conservadores”.
A pesar de las declaraciones de Nick Clegg ayer afirmando que “por
supuesto que quiere ser primer ministro”, Carlos Barrera cree que “Clegg es
consciente de que no va a conseguir la victoria [en las elecciones] y sí aspira a poder ser
una fuerza decisoria, es decir que se le necesite para poder gobernar”.
Para este experto en comunicación política, “donde más voto podría sacar [Clegg ahora] es entre los indecisos entre los conservadores y liberaldemócratas”, ya que según algunos de los últimos sondeos David Cameron podría obtener la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. Por ello, Barrera considera que el jefe de los liberaldemócratas debería centrarse esta noche en combatir a los conservadores más que a Gordon Brown.
Por su parte, Cameron debe conseguir “demostrar que realmente es la alternativa, tiene que sonar como un primer ministro y limitar el mensaje de [Gordon Brown] de que viene el lobo”, apunta Ureña.
Barrera, añade que “como favorito” en las últimas encuestas podría caer en la trampa de “mantenerse conservador” para que no le quiten lo que ya ha conseguido. Sin embargo, cree que “no debería caer en esa tentación y [debería] buscar el valor de la novedad del cambio” en el debate de hoy, porque sino Clegg le puede ganar.
Con respecto a Gordon Brown, Ureña “le daría un aprobado raspado, [por ofrecer una] imagen de líder muy gris». Matiza que eso no significa que lo sea, pero “al final siempre estamos en el terreno del juego de las percepciones”. Para el debate de esta noche -que se centrará en las propuestas económicas de cada formación- le aconseja directamente “que esté menos cabreado y a la defensiva, porque sonaba muy agresivo [en los debates anteriores]”.
Cañada cree que ni el candidato laborista ni el liberaldemócrata tienen posibilidades de ganar esta noche. Dice que David Cameron tiene “capacidad de regenerarse” y ganará el encuentro. Rememora una escena bien aprovechada –a su juicio- hace dos días cuando en un acto electoral “se agachó y miró a los ojos” al padre de un niño con espina bífida que le echaba en cara su programa para la creación de escuelas especiales de niños discapacitados, porque consideraba que eso contribuía a una mayor discriminación y segregación de los niños como su hijo.
El debate se celebrará esta noche a las 21.30 en la BBC.