Entre cifras camufladas y protestas sindicales

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Las primeras páginas de los periódicos de hoy abren con la protesta de CC.OO ante las medidas tomadas por el gobierno de reducir el plazo para que los parados rechacen las ofertas de empleo o las mayores restricciones para percibir los 420 euros de ayuda. Para el que no se había dado cuenta todavía, estamos en crisis, y en una muy gorda. Porque mientras los otros países empiezan a levantar cabeza, España sigue en la cola, y esperemos las cifras de septiembre u octubre, cuando la ocupación del turismo y veraniega se caiga en picado.

Está claro que CC.OO cumple con su papel de presionar para conseguir mejoras para los trabajadores. Pero también es cierto que en una sociedad todos los colectivos deberían movilizarse por la misma causa, sacar al país del pozo en el que lo han metido. Y seguir proporcionando a todos la famosa ayuda de los 420 euros, ayuda sólo a disfrazar esas tan temidas estadísticas. Nada más. No ayuda a que el mercado laboral se movilice ni siquiera a la mayoría de los ciudadanos de a pie.

Lo que hay que hacer es invertir en empleo de calidad. Ponérselo fácil a las empresas que ofrecerán cientos de empleos. Pero eso es más bien una medida de la derecha, y sería como si CC.OO se pasara al otro bando. Es mucho más «izquierdista» criticar al gobierno e imponerle que siga manteniendo esa ayuda. Una ayuda que no da para vivir, ni hace salir a un país de la crisis, pero que ante la opinión pública se ve como muy «de izquierdas».

Muchas críticas, pero ninguna solución

Y volvemos a lo de siempre. Entre la izquierda y la derecha, entre los sindicatos y las empresas sólo oímos críticas, reproches y amenazas. Nada de soluciones. Y así seguimos, sin dar pasos hacia adelante. ¿Acaso aún no se han enterado que la situación es realmente crítica? Cuando van a actuar, ¿cuándo nos suceda lo que a Grecia? Por lo de pronto, hay convocada una huelga general el 29 de septiembre cuyo éxito irá parejo al fracaso del gobierno, según palabras textuales del señor Ignacio Fernández Toxo, presidente de CC.OO. Sigamos buscando fracasos, y no nos preocupemos por España, que al fin y al cabo ¿a quién le importa?

Foto/ adn.es