Millet adjudicó el proyecto del Hotel del Palau en un concurso privado

Barcelona.- Fèlix Millet y Jordi Montull abrieron un concurso privado sin concurrencia pública para adjudicar la construcción del Hotel del Palau, un jugoso proyecto que habría reportado pingües beneficios tanto por la propia inversión hotelera como porque en doce años el solar podía pasar a albergar viviendas.

La Fiscalía ha presentado hoy una querella por tráfico de influencias contra Millet y Montull -autores confesos del millonario desvío de fondos del Palau de la Música-, ahora por la operación para construir el Hotel del Palau, en la que se iban a embolsar una comisión de 3,6 millones de euros, gracias a un convenio firmado con el conseller de Economía, Antoni Castells.

En la querella, a la que ha tenido acceso Efe, se desvela que una vez que los rectores del Palau, Millet y Montull, lograron hacer valer sus influencias para firmar convenios con la Generalitat y con el Ayuntamiento de Barcelona que facilitaran el proyecto del Hotel, convocaron en noviembre de 2006 una especie de concurso privado sin concurrencia pública para otorgar su construcción.

Para ello, enviaron cartas a varios grupos de constructores, entre los que la querella cita a Nuñez y Navarro, Grupo Urbasco, Natur System -constructora supuestamente implicada en el desvío de fondos del Palau de la Música-, Gebira, Cril y Olivia Hotels -que fue la que finalmente se adjudicó el proyecto-.

En las misivas, según la querella, Millet y Montull hacían valer la importancia de los convenios firmados con el departamento de Economía de la Generalitat y con el Ayuntamiento de Barcelona y exigían que se les presentara una oferta económica para poder elegir la que resultara más beneficiosa para ellos.

Finalmente, el proyecto hotelero -que no se llegó a acometer al estallar el escándalo del saqueo del Palau-, se adjudicó a Olivia Hotels, propiedad de Manuel Valderrama, que era vocal de la junta rectora de la Fundación Palau de la Música y que está previsto que comparezca en la comisión de investigación del Parlament sobre el «caso Palau».

Además de los beneficios que comportaba la construcción del Hotel -Millet y Montull se iban a embolsar una comisión de 3,6 millones de Euros, que finalmente no percibieron-, el proyecto podría haber generado cuantiosas ganancias ya que estaba previsto que al cabo de doce años la edificación hotelera se podía reconvertir en viviendas particulares.

Según la querella, este cambio de usos del solar, al pasar de ser un edificio hotelero a una zona residencial, habría dado aún un mayor valor económico a las fincas objeto de la operación, situadas en una zona protegida de alto valor histórico y cultural, junto al edificio modernista del Palau de la Música.

El escándalo por el desvío de fondos enterró el proyecto de construcción del hotel, dado que la actual presidencia del Palau de la Música se resiste a tirarlo adelante, pero, de todas formas, el monumental encargo conseguido por Valderrama ya quedó significativamente rebajado después de que el Departamento de Cultura impidiera la demolición de dos edificios afectados, situados en la calle Sant Pere Més Alt, junto al Palau, lo que limitaba la operación a un solo solar.

En concreto, el hotel se tenía que construir en parte en dos fincas anexas al Palau de la Música que Millet y Montull lograron que el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas les cedieran de forma gratuita en 2003, a cambio tan sólo de unas obras de remodelación en el Instituto la Salle Comtal de Barcelona.

Paralizado el proyecto por los actuales gestores del Palau, Valderrama ha acudido a los tribunales para exigir una millonaria indemnización que lo resarza de su inversión inicial, tras comprobar que su faraónico plan inicial quedaba reducido casi a la nada.

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