Ley de Seguridad Ciudadana: ¿Estamos en democracia con el PP?

La noticia del día, pese a ser una noticia histórica, que probablemente de aprobarse cambiará la vida de todos los españoles, no ha sido colocada en las portadas de los diarios, sino que ha pasado a un segundo plano como si aquello de que el PP, defendiendo que pueda haber manifestaciones de la Falange, o que la condena al franquismo no sea un hecho, no fuese lo bastante grave, para ahora dictar una Ley de Seguridad Ciudadana a todas luces anticiudadana.

La verdad, muchas veces he contado a mis lectores que tengo dos pasaportes. El venezolano y el español. Precisamente por ser de dos lugares a la vez, porque me siento de los dos lados, es que me indignan aún más las situaciones extremas que viven ambos países. Cada una, lógicamente en su propio entorno. Allá, con un comunismo que se come las reservas petroleras más grandes del planeta y tiene a los ciudadanos pasando hambre. Aquí, un gobierno que se declara demócrata, pero al que los deshaucios, las preferentes, y que haya un desempleo galopante, parece importarle bastante menos que el hecho de las aceiteras sean de un solo uso o que promulgar leyes que atacan directamente a la libertad de expresión, de opinión y de manifestación.

ley seguridad ciudadana

Una vez escribí acerca de la normativa local de varios ayuntamientos del PP gallegos, en la que se cita que reunirse más de seis personas en un lugar público puede ser objeto de sanción si hay desorden. ¿Les suena a algo? Pues si. Y la verdad no temo a gritarlo. Porque parece que todo lo que están haciendo en esa materia es para que los ciudadanos se asusten. Se callen. Y al final ellos se salgan con la suya. Y no. No me da la gana. Esta Ley de Seguridad Ciudadana es una treta más para estar los de siempre, haciendo lo de siempre, y saliendo, como siempre impunes. Si de verdad fueran demócratas, aceptarían que la protesta, siempre que sea pacífica (y en España no se pueden quejar de ello) es una manera de expresarse. La protesta es casi siempre en contra del gobierno. Y un gobernante demócrata sabe asumir que cuando uno gobierna tiene siempre quien no opina como él. Y precisamente si quieren evitarlas, que no tomen medidas impopulares, que escuchen a la calle, o simplemente que hagan un referendum. Y a los políticos que no saben el significado de la palabra, porque en España de eso no hay, les invito a dar una vuelta por la RAE, y de paso, se culturizan un poco. Que últimamente alguno anda escaso también en ello.

Sea como sea, una Ley de Seguridad Ciudadana que impone multas de hasta 600.000 euros (esos que solo vieron los sobres del PP, y las cuentas en negro de corruptos de alto estanding,  porque yo en mi vida he visto tanto dinero junto) por el mero hecho de manifestarse en lugares públicos, que sanciona tomar fotografías del uso inapropiado de la fuerza de la policía, que cree que se deben crear espacios «anti-escrache» y que elude la responsabilidad del político impidiendo al ciudadano reclamar lo que por ley le corresponde con la réplica de calle, no es una ley, es una imposición que suena a rancia, a muy rancia. Y para decirlo más claro, señores Franco ha muerto. Y de eso ya hace unas cuantas décadas.

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