Parece que a veces a nuestros políticos se les encienden bombillas. Éste parece ser el caso de Montilla, que ha sorprendido con unas declaraciones que van desde la autocrítica de gobierno pasando por una declaración de negación de la independencia catalana y una aclaración al futuro de su partido dentro del gobierno catalán.
La autocrítica parece no ser algo que caracterice demasiado a nuestros políticos. Por eso me ha gustado Montilla, que ha sido capaz de reconocer que: «Nos hemos equivocado seguramente en algunas cuestiones relativas a la lucha contra la crisis, porque pese a que hemos hecho muchas cosas, seguramente habríamos podido hacer más», ha reconocido. Montilla ha admitido que no podía sentirse «del todo satisfecho» de su gestión por el hecho de que en Cataluña siga habiendo «medio millón de parados», como bien recoge El País.
Yo me pregunto si esto no es una opción mucho más sensata que optar como muchos otros por negar los errores y seguir cometiéndolos. Los ciudadanos no pretenden tener unos políticos perfectos, no son robots, son personas; pero sí se pretende que cuando se cometen fallos, éstos se reconozcan y se haga lo posible por resolverlos.
Al menos Montilla ha dado ya un paso hacia adelante. Un paso hacia la honestidad. Esperemos que siga así, y no sea sólo por razones electorales.
