Francia y Alemania imponen en la UE la mano dura contra la crisis

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Los presidentes de los 27 estados miembros de la Unión Europea se han puesto de acuerdo para introducir un cambio, limitado, eso sí, en el Tratado de Lisboa, para de esta forma crear un fondo de rescate permanente para los países de la Eurozona con una mala situación económica, para así evitar una crisis general en toda Europa.

De esta forma se responde a la demanda de Francia y Alemania y a partir de ahora se abre la posibilidad de que un país de la zona euro pueda ser salvado de la bancarrota por el resto de países. A partir de ahora se estudiará las posibilidades de este cambio y el marco jurídico para ponerlo en marcha antes de 2013.

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy mostraron su satisfacción por este acuerdo tomado en Bruselas por los 27 estados miembros. Sin embargo, Merkel no logró un acuerdo sobre otra propuesta alemana: incluir la posibilidad de dejar sin su derecho de voto al país cuya política presupuestaria haga peligrar al resto de la Eurozona.

Con esta propuesta, que no gustó al resto de estados miembros, Merkel quería imponer mano dura en la Unión Europea para luchar contra la crisis y evitar así un contagio de la mala situación económica entre unos países y otros, como ya ocurrió cuando la crisis en Grecia estuvo a punto de extenderse a España y Portugal.

Sin embargo, el resto de presidentes y jefes de Estado de los países miembros de la Unión Europea no aceptaron incluir esa posibilidad en el cambio del Tratado de Lisboa. Está claro que, hoy en día, Francia y Alemania son en todos los niveles los líderes de Europa aunque, por el momento, esa posición no les sirve para erigirse también como líderes de opinión para guiar al resto de países miembros.

Una cosa es que los países de la zona euro hagan una piña y causa común para hacer frente a la crisis y luchar entre todos para que los países miembros se vean afectados lo menos posible, y otra muy distinta dejar sin voto, que no olvidemos que es un derecho, a los países que no cuenten con una buena salud económica y financiera. No es de extrañar que el resto de países no apoyasen la propuesta de Angela Merkel, que más que una solución a la crisis parece una idea demasiado extrema y totalmente  fuera de lugar.

Fuente | El Mundo