Se acabó lo que se daba. A Europa no le gustan las irresponsabilidades y que Alemania cargue con los errores de los demás. Europa quiere poner orden a los presupuestos de los Estados miembros, los cuales en muchos casos son un verdadero caos, ya no solo económico, si no político.
Y con la que está cayendo me da la risa escuchar a alguna gente, a la que los medios de comunicación tienen atontada diciendo que la culpa es del euro. Aunque claro, no sé de que me extraño cuando la filosofía del español medio, y como no, del político español es siempre la de buscar un culpable, sea dentro sea fuera, que no sea él mismo. Y claro si obviamos todas las ayudas que nos han dado, los beneficios de tener una moneda única, lo de no tener pasaporte y la facilidad para exportar, al final llegamos malamente a la conclusión de que la culpa es del euro. ¡Pobrecillo!
Eso sucede en España. Y mientras tanto en Europa, ya están cansados de culpas que no son suyas y se proponen atajar el problema de raíz, imponiendo una política presupuestaria que habrá que cumplir a base de multas a los que se crean más papistas que el papa. Y claro entre los de Europa con mano dura, y los sindicalistas que nos cuentan que el demonio es la Merkel, y que Rajoy no sabe ponerse duro con Europa, aún habrá quien se crea la sarta de mentiras, porque sin Alemania y el «culposo» euro no sé yo donde estaría España. Más aún si hubiéramos esperado algo más de los que dicen defender al trabajador que discursos sacados ya del pasado SXX. Pero es el país que nos ha tocado, y muchos dicen que tenemos lo que nos merecemos. ¿Será verdad?
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