Comicios estatales amenazados por el narcotráfico en México

La violencia, que se da en medio de una guerra de las fuerzas de seguridad contra los cárteles de la droga y entre los mismos narcotraficantes por el control de las rutas, ha empañado el esperando avance político del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la principal fuerza de oposición.

El PRI, que gobierna en nueve de los estados en disputa, se perfila – según las encuestas – como ganador en la gran mayoría de las 12 gobernaciones, lo que de concretarse lo fortalecería de cara a las presidenciales de 2012 frente a la debilidad del oficialismo.

Algunos de los 14 estados donde habrá comicios son Chihuahua y Tamaulipas – fronterizos con Estados Unidos – además de Sinaloa y Durango, donde los narcotraficantes se disputan a muerte las lucrativas rutas de las drogas para abastecer el mercado de Estados Unidos, el mayor consumidor mundial.

Unas 30 millones de personas están convocadas a votar también para elegir alcaldes y diputados locales. Se elegirán nuevos gobernadores también en Zacatecas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo y Quintana Roo.

En Baja California y Chiapas habrá sólo elecciones municipales y legislativas.

El reciente crimen de Rodolfo Torre, candidato del PRI a gobernador en Tamaulipas, elevó la tensión e incluso hizo caer el valor del peso mexicano, algo inédito desde que el presidente Felipe Calderón lanzó operativos militares para combatir a los cárteles en diciembre de 2006.

Hace semanas fue asesinado también un candidato del derechista Partido Acción Nacional (PAN), el de Calderón, a una alcaldía en Tamaulipas, un estado donde el poderoso cártel del Golfo combate al que era antes su brazo armado, los Zetas.

TEMORES

Durante la campaña varios candidatos modificaron sus estrategias y directamente las cancelaron por temor a la violencia y a las amenazas. Algunos partidos no presentaron aspirantes, como en municipios fronterizos de Tamaulipas.

En Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país con más de 5.700 muertes desde enero de 2008, el miércoles fue asesinada una subprocuradora de Chihuahua y la cabeza de una persona fue arrojada frente a la casa del candidato del PRI a la alcaldía.

«A como están las cosas ahorita, si estoy vivo para ese día, sí voy a votar. La situación está muy fea, Dios nos agarre confesados», dijo Felipe Burciaga, chofer de una empresa turística en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, Texas.

En todo el país han muerto más de 26.000 personas por la guerra del narcotráfico desde que asumió Calderón, hace tres años y medio.

El candidato a gobernador en el estado de Durango, por una alianza entre la izquierda y el partido de Calderón, tuvo que cancelar esta semana un acto de cierre de campaña porque militares y hombres armados se enfrentaban cerca del lugar donde se realizaría.

En el estado de Quintana Roo, donde está la turística Cancún, la izquierda vio caer a su candidato en mayo cuando fue detenido bajo cargos de lavado de dinero y por supuestamente proteger a dos cárteles de la droga.

EL PRI MUESTRA MÚSCULO

El PRI, la primera fuerza en la Cámara de Diputados, es favorito incluso en estados gobernados por el partido de Calderón y la izquierda, que se aliaron intentando frenar a los priístas.

«Es posible que el PRI gane todas las elecciones», dijo Roy Campos, director de Consulta Mitofsky.

A pesar de que el PRI perdió la presidencia en 2000 a manos del partido de Calderón tras acusaciones de ser una fuerza política que se mantuvo en el poder por más de 70 años con métodos arbitrarios y corrupción, algunos electores piensan que los priístas podrían ayudar a que baje la violencia.

También ha perjudicado al partido de Gobierno la debilidad de la economía, que se recupera lentamente de la peor recesión en siete décadas.

Cuando el PRI gobernó no existía la violencia actual. Los críticos especulan con que el partido negociaba con el narcotráfico, mientras que el Gobierno de Calderón afirma que la violencia actual es porque se dejó crecer el problema y no se encaró frontalmente a los cárteles, como ocurre ahora.

«La gente dice ‘ahora resulta que hay mucha más violencia, menos seguridad y más desorden en todo nivel’, esa es la impresión», dijo Jose Antonio Crespo, analista del Centro de Investigación Docencia Económica (CIDE). «Y el PRI por lo menos mantenía un mayor nivel de gobernabilidad y de orden», agregó.

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